El miércoles 2 todas las clases trabajaron la figura de Maria Rafols, pudiendo identificar los valores de nuestra fundadora y ser un poquito más conscientes de la influencia que tuvo en esa época, a pesar de las situaciones tan especiales que pudo llegar a vivir. 

El jueves, todo el alumnado reaccionó a la figura de Juan Bonal de una manera sorprendente, realizamos un compara-contrasta entre nuestro fundador y el personaje mítico Robin Hood, pudiendo sacar los puntos en común que tenían ambos y las notables diferencias… 

Por último, el viernes, trabajamos la figura de los dos fundadores, con la idea de que juntos, compartiendo sus inquietudes, experiencias y apoyándose  realizaron un bonito camino lleno de buenas obras, dejando una huella imborrable en el corazón de muchas personas. 

El viernes 4 de noviembre celebramos en la Parroquia de San Francisco una Eucaristía con las Hermanas del colegio, el  equipo docente y el alumnado desde 3º de primaria hasta 4º ESO

El sábado, 5 de Noviembre, como no podía ser de otra manera, toda la comunidad educativa celebramos el día de FUNDADORES en el colegio, haciendo de ese día algo muy especial. 

Realizamos multitud de actividades con la idea de compartir un ratito muy agradable, donde todas la comunidad (Hermanas, claustro, PAS, familias y alumnado) comenzamos la mañana en el patio, compartiendo un ratito de reflexión, para que posteriormente cada persona pudiera ubicarse en una de las ocho postas que había preparado el centro, en cada posta se realizaba una actividad concreta, pero todas mostraban esa identidad y carisma tan especial que tenían Maria Rafols y Juan Bonal. 

En resumen, fue una jornada bien bonita, donde disfrutamos y compartimos un rato muy agradable, que nos permitió continuar aprendiendo de la figura de nuestros fundadores. 

Toda la comunidad educativa ante el maravilloso reto de educar, ofreciendo lo mejor de nosotros mismos, como bien dice nuestro lema, FELICES y con el legado que María y Juan nos dejaron, con el mayor cuidado, con todo detalle y con todo amor.

Y compartiendo un riquísimo chocolate, como en sus tiempos hacía María Rafols con las hermanas, niños y enfermos.